El 21 y 22 de enero a las 19:30h se estrena la obra Ikimilikiliklik, Mi pequeña en el Teatro Arriaga. Este trabajo realizado por la Companía Marie de Jongh, nos invita una vez más, a adentrarnos en su mundo mágico y bello. En esta ocasión el tema principal de la obra es el miedo, siendo enfocado de una forma hermosa y especial para dirigirse a los más pequeños de casa y a los mayores.

Puedes adquirir las entradas aquí.

 

Ikimilikiliklik, Mi pequeña en el Teatro Arriaga

Ikimilikiliklik, Mi pequeña es una historia de brujas, magia y miedos

“Txirristi mirristi, gerrena plat, olio zopa, kikili salda, urrup, edan edo klik, ikimilikiliklik”… cantaba el cantautor vasco Mikel Laboa, y todos nos imaginábamos a una bruja recitando el conjuro mientras prepara la pócima milagrosa.

De hecho, la protagonista de este nuevo proyecto de la Compañía Marie de Jongh es una niña/mujer que temía a las brujas en su infancia, pero termina convirtiéndose en una de ellas.

Con Ikimilikiliklik, Mi pequeña se quiere compartir una reflexión sobre el miedo, su carácter castrador, su poder sobre nuestras decisiones; pero también esa parte incómoda de nosotros mismo que nos define y con quien debemos convivir.

 

Ikimilikiliklik, Mi pequeña en el Teatro Arriaga

Entrevista a los autores de esta Ikimilikiliklik, Mi pequeña en el Teatro Arriaga

Very Bilbao tuvo la oportunidad de hablar con Jokin Oregi y Ana Meabe, director y actriz, respectivamente. Quienes fueron, a su vez, los creadores de esta historia llena de misterios y tan bien contada. 

Ana y Jokin son fundadores de la Compañía Marie de Jongh y nos comparten sus inicios, proyectos y el nacimiento de Ikimilikiliklik, Mi pequeña.

¿Por qué Ikimilikiliklik como título de la obra?

Ana: Viene porque es un verso popular, es como un conjuro. Mikel Laboa la cantaba, le puso música y tal y yo siempre lo relacionaba con las brujas, los hechizos y como esta es una historia de eso mismo pues pensamos que el título venía bien. Tanto en euskera como en español va a ser este mismo título. Como el supercalifragilisticoespialidoso, no significa nada, pero en la memoria colectiva tiene esa lectura de conjuro.

¿Qué querían contar con esta obra?

Ana: Queríamos hablar de los miedos que tenemos todos, niños, adultos y con los cuales muchas veces te mueres con ellos. Se habla de estos miedo que tenemos metidos, el miedo a morir, a quedarse huérfano, el miedo a crecer.

 

Ikimilikiliklik, Mi pequeña en el Teatro Arriaga

¿El teatro llegó antes del periodismo?

Jokin: Yo creo que existía antes del Periodismo, lo que pasa es que tanto Ana como yo somos de diferentes pueblos. Yo vengo de un pueblo pequeño de Guipúzcoa, en el que culturalmente no tenía muchas salidas. El teatro era una cosa de unos privilegiados que lo hacían en la ciudad. Cuando vinimos aquí fue ella la que mientras estábamos estudiando Periodismo me dijo: “Oye Jokin que allí en Basauri hay una escuela y que han abierto una matrícula, por qué no nos apuntamos” y eso hicimos.

¿Cómo nace la idea de hacer una obra con texto, cuando la compañía ha venido haciendo obras sin ello, siendo este el sello propio de Marie de Jongh?

Ana: Normalmente, hemos hecho teatro gestual. Esto era al inicio un cuenta cuentos, algo que yo suelo hacer, y lo teníamos ahí en el cajón. Un día dándole vueltas pensamos “qué hermoso sería contar esto con una niña”, porque la adulta narra lo que le daba miedo. Quisimos que se teatraliza, para contar su vida y cómo ha llegado a vivir en lo alto de una montaña. Al final es como un conjunto, teatro de texto, efectivamente, pero se mete la danza y también hay gestos. Nuestra huella no desaparece.

 

Ikimilikiliklik, Mi pequeña en el Teatro Arriaga

Jokin, al haber trabajado en televisión y teatro ¿Cuáles son las diferencias que puedes ver entre ellas?

Jokin: El teatro es más artesanal. A mí me ofrece la posibilidad de trabajar de principio a fin en el producto, desde la idea inicial, hasta la definición final. La televisión, donde yo he trabajado durante muchos años en equipos de guionistas enormes, ahí tu tienes tu parcela de responsabilidad. No puedes abarcarlo todo porque es imposible. Pero bueno, yo prefiero esto, el teatro. Pero a pesar de lo que muchos digan de la televisión, lo que más aprendí, fue a trabajar en equipo. Mientras que en el teatro es un trabajo más individual o grupos pequeños, en la televisión no. En teatro el guión solo lo escribe una persona, en televisión eso es imposible, lo escriben entre 7 u 8. Aprendes a delegar, a no pretender que todo lo que digas deba ir adelante. Algunas veces tienes que ser democrático.

Juntos crearon la Compañía Marie de Jongh ¿Cómo nace la idea de llevarla a cabo?

Jokin:  Pues es bastante prosaica la razón. Somos pareja y nos gusta el teatro, estudiamos juntos teatro y la carrera de periodismo, pero nos interesaba mucho más el teatro. Después de la escuela, ella se fue con una compañía profesional y a mí me cogieron en otra y cada uno tuvo como vidas paralelas en compañías diferentes. Después ella tuvo que dejar el teatro al tener a nuestro segundo hijo, pero ya cuando creció me dijo: “Jokin quiero trabajar contigo por qué no hacemos algo juntos”.

Ana: Yo venía de trabajar en espectáculos gestuales. A su vez, Jokin trabajaba con muchas otras compañías, como “La Baldufa” para ayudarles en la dirección y en muchos casos con el texto también, y así surgió.

Jokin: “Bueno voy a intentar, a ver si se me ocurre algo”, le dije. Y así logramos estrenar nuestra primera obra.

Ana: Llamamos a otro compañero con el que yo había trabajado antes y empezamos con un espectáculo de dos actores, donde Jokin era el autor y director. Ese fue nuestra primera muestra y lo presentamos en Gijón y ganamos el Premio gordo como Mejor Espectáculo.

Jokin: A partir de allí dijimos: “parece que esto va enserio”. Desde entonces la compañía ha ido creciendo poco a poco.

¿Cuál fue la misión de crear esta compañía?

Ana: Las historias que cuenta Jokin tienen tanta belleza y son tan profundas, que a veces piensas que son fáciles de hacer. Muchas de ellas encuentran ese punto de emoción y diversión. Lo más importante siempre son las historias que se cuentan. En cada espectáculo hay algo que te toca en el interior, que yo creo a los niños les hace crecer un poco. Como una forma de ayudarles.

 

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