Ruta para los amantes de la arquitectura

Un recorrido arquitectónico por Bilbao no se basa en un único edificio, autor o estilo. Las calles de la ciudad nos regalan ejemplos de diversas escuelas y estilos. Veamos algunos ejemplos que podrían configurar una ruta arquitectónica por Bilbao.

La ruta pasará por Indautxu, Uribitarte, Abando, Gran Vía y Moyúa, en ese orden. En las dos primeras zonas se hablará sobre la arquitectura moderna que se ha ido creando en estos años. Sin embargo, en las restantes, sobre la arquitectura clásica.

Empezando en Indautxu, tenéis la Sede administrativa del Gobierno Vasco. Predomina la linealidad y horizontalidad del edificio. Su fachada, de capas superpuestas, va cambiando según la luz que incide sobre ella.

 

En la misma zona (Indautxu), tenemos la Sede de Osakidetza. Su fachada poliédrica dotan al edificio de transparencia, movimiento y funcionalidad. Genera múltiples visuales desde el interior hacia las calles que se cruzan y, desde las últimas plantas, hacia el paisaje que rodea la ciudad.

 

 

Nos movemos de zona hasta Uribitarte, allí, nos encontramos con el museo Guggenheim.  El museo alterna las formas que sugieren movimiento con sus ondulaciones. Destacan algunos de los materiales empleados, como las placas de titanio utilizadas en el revestimiento de los cuerpos.

El museo es el edificio más significativo del último cuarto del siglo XX. Con él se inicia lo que se conoce como “Efecto Guggenheim” o “Efecto Bilbao”, que no es otra cosa que el afán desatado en todas las ciudades del planeta por disponer de obras singulares de arquitectura, a ser posible de lo “nunca visto”.

 

 

Siguiendo en la misma zona, nos encontramos con el Zubizuri. El diseño consiste en un arco inclinado que une dos plataformas, con rampas de acceso y escaleras en ambas orillas, que sostiene la estructura peatonal con cables de hierro. Todo el puente está pintado de blanco, como es común entre las estructuras de Calatrava.

Desde su inauguración, casi simultánea con la del Museo Guggenheim, el Zubizuri fue un símbolo de la nueva Bilbao, constituyendo un elemento turístico más del paseo de la Ría. Es un paseo habitual de los huéspedes de los hoteles del Campo de Volantín antes de llegar al mencionado museo.

 

 

Para finalizar por esa zona y acercándonos a su vez cada vez más a Abando, tenemos la Casa en Uribitarte que data de más de 100 años. Actúa como fondo desde la margen derecha de la Ría. En la casa destacan elementos como la elegante cubierta y las torretas, la escalera central y las caballerizas posteriores.

Ocupada hoy por el Colegio de Abogados, esta casa, contemporánea de las casas del primer Ensanche, es una excelente muestra del carácter señorial que ha caracterizado a esta zona de Bilbao.

 

 

Llegamos a Abando, y por esa zona nos encontramos por una parte a la Unión y el Fénix y al teatro Arriaga. Éste primero, como remate de la zona superior el autor utilizó el Ave Fénix, que era el mismo motivo que tenía el edificio de la propia compañía en Madrid.

Fue necesaria una excepción a las Ordenanzas, accediendo a ello el Ayuntamiento de Bilbao por contribuir la solución a embellecer el Arenal, con amplias vistas desde diferentes puntos de su entorno, incluso desde el Ensanche al otro lado de la ría.

El Arriaga, proyectado en 1886 por el arquitecto Joaquín Rucoba, ocupa el solar de un teatro neoclásico de 1840, destruido en un incendio. La planta principal sigue el modelo de teatro neobarroco de finales del XIX en Europa en forma de herradura.

 

 

Cruzando el puente del Arenal, está el edificio de la Sociedad bilbaína. El edificio aloja un distinguido club social de gran tradición en la Villa. Destaca la esquina que está rematada con una cúpula. Dotado de magníficas instalaciones (biblioteca, salas de lectura, salones sociales, restaurante, salas de juego y de baile, así como habitaciones para socios con todos los servicios de un gran hotel) fue inaugurado hace más de 100 años.

 

 

Pasando el Corte Inglés, acabamos con la zona visitando la Iglesia del Sagrado Corazón o Iglesia de la Residencia de los Jesuitas. Es un ejemplo de historicismo gótico; el interior está pintado con un rico cromatismo. Las torres han perdido las imponentes agujas caladas de piedra.

Muy activo en la erección de edificios diocesanos en su Bilbao natal, se decantó por un estilo neogótico libre, manifestado en el empleo mixto de piedra y ladrillo caravista en la fábrica exterior, creando un llamativo contraste.

 

 

Cambiando de zona sólo teniendo que avanzar por la Gran Vía, está el Banco BBVA. Tiene una inspiración clasicista y ocupa tres fachadas (Ledesma, Gran Vía y Alameda de Mazarredo) y estas dos últimas con columnas de orden corintio. Un templete dedicado al dios Mercurio remata este edificio.

 

 

Finalmente, llegando a la plaza Moyúa, tendríamos el palacio de la Diputación. De aspecto sólido y majestuoso, es considerado «una de las obras cumbres del eclecticismo alfonsino» en Vizcaya.

El edificio de riquísima ornamentación quiere representar el poder de la burguesía industrial de Vizcaya en aquellos años. Recurre para ello a elementos ornamentales de variada extracción historicista. El edificio está construido con dos tipos de piedra de arenisca sobre un zócalo de piedra caliza.

 

 

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