El artista Ignacio Goitia presenta su nueva exposición The Grand Tour en la Galería Juan Manuel Lumbreras (c/ Henao, 3, Bilbao). La exposición abre hoy 20 de febrero sus puertas y se podrá visitar hasta el 27 de marzo de 2013.

El título de la exposición evoca el viaje cultural que desde mediados del siglo XVII hasta la llegada del ferrocarril en 1820 muchos jóvenes aristócratas, especialmente británicos, realizaban a Italia para empaparse de la cultura clásica.

El clasicismo, tanto de las arquitecturas como de las esculturas que protagonizan esta nueva exposición de Ignacio Goitia contrasta deliberadamente con las escenas que en ellas acontecen. (Por ejemplo, en el cuadro Vals en la Escala Regia del Vaticano que podéis ver en las imágenes de arriba, dos hombres bailan en la monumental entrada de los palacios Vaticanos, donde la parte más conservadora de la iglesia católica no admite los matrimonios de personas del mismo sexo).

Ignacio Goitia nació en Bilbao en 1968 y, debido a su amor por el buen gusto, la estética y el buen hacer conoce los lugares más interesantes de la ciudad. Hemos querido tener una charla con él para que nos recomiende sus sitios preferidos.

Ignacio ¿Qué le dirías a alguien que no conoce Bilbao para que nos visite?

Lo que digo siempre; Que es una ciudad que merece la pena visitar y que en estos últimos años se ha transformado de una manera sorprendente.

A parte del  ya conocido Museo Guggenheim, con su programación de exposiciones estrella, y el Museo de Bellas Artes, con su particular e interesante colección e Arte Vasco de finales del XIX y principios del XX,  así como todas las nuevas construcciones de arquitectos y urbanistas contemporáneos, también  les recomiendo que se paseen por el Casco viejo y observen como su entramado medieval fue ampliándose hasta mediados del siglo XIX.

Les explico las particularidades de los austeros palacios barrocos de la calle Correo y Bidebarrieta, del provincianismo maravilloso de la fachada de San Nicolás, la rareza de la planta de San Antón que descansa sobre una roca, la opulencia caprichosa y particular de la Biblioteca de Bidebarrieta, las reminiscencias y similitudes del Teatro Arriaga con la fachada del Teatro de La Renaissance en París, les recomiendo que visiten el claustro de la Catedral y que pasen por la iglesia sin mirar los bancos ni las puertas nuevas horribles que colocaron tras la restauración del templo…

Después y si les veo aún con interés y no me han cambiado de tema, les explico como la arquitectura de principios de siglo XX y finales del XIX del nuevo ensanche construido al otro lado de la ría, refleja el poder y el gusto de la nueva burguesía industrial y como estos edificios tras años de polución fueron ocultando sus fachadas bajo una capa gris negruzca que lo cubrió todo durante décadas y como, finalmente, sus fachadas típicas del historicismo, del eclecticismo o del racionalismo arquitectónico   han reaparecido después de años de limpieza iluminando de nuevo las calles de la ciudad.

¿Qué echas de menos cuando estás fuera de Bilbao?

Sobre todo a mis mejores amigos que siguen viviendo en Bilbao y les quiero mucho.

¿Cómo pasarías un día perfecto en Bilbao?

Me encanta desayunar en mi casa, pero si tengo que recomendar un sitio para hacerlo, Aunque se que hay sitios mucho más bonitos y con más encanto me encantan los pincho de tortilla del Kepa Landa en la calle Henao, detrás del Mercado del Ensanche.

Después me iría a dar un paseo por el nuevo parque de Abandoibarra pasando por la trasera de la Torre de Iberdrola, me encanta el trabajo de paisajismo que se ha hecho en esa zona y como se ha conectado con el parque de Doña Casida,

Este paseo lo terminaría en el Museo de Bellas Artes visitando las obras de Paco Durrio, los Zubiaurre, los Arrue, Arteta, y sobre todo Zuloaga, Ucelay y Quintín de Torre. Aunque en mi opinión es una pena que estos tres últimos no tengan una sala para ellos solos y sus obras estén dispersas o mezcladas con otros artistas.

Después del Museo parada obligada para el aperitivo en La Gallina Ciega, un bar pequeño en Máximo Aguirre donde Yon, su propietario, cuida todos los detalles al elegir sus vinos, sus copas, y las flores frescas que no suelen faltar.

Para comer hay muchas opciones por la zona. Si no me quiero gastar mucho pero comer bien voy al Amume o a La Masía y si me quiero gastar algo más y comer aún mejor, muy cerca está el Arbolagaña en la azotea del Museo de BBAA con unas vistas maravillosas al parque.

Después de comer me daría una vuelta por lo que ahora se va a llamar Bilbao Art District a visitar unas galerias de arte y algunos de los pocos que quedan anticuarios.

¿Y una noche perfecta?

Lo siento pero la copa antes de cenar también me la tomo en la Gallina Ciega, y para cenar me iría al nuevo restaurante Zapirain, en Juan de Ajuliaguerra, que tras una exitosa vida en Lekeitio se ha trasladado a Bilbao y prepara el mejor pescado de la ciudad. Me pediría un rodaballo y unas almejas a la plancha…

Hasta aquí la noche puede ser perfecta, después de cenar ya entro en conflicto, porque no conozco ningun local que me vuelva loco, y la Gallina ciega ya está cerrada. Puedo quedarme en esa zona y acabar en el Public auque ya no es lo que era, pero te puedes divertir, y después a Distrito Nueve a bailar.

Si bajo al Caso Viejo me tomo la copa en el Lamiak, que ese si que es un clásico de la noche del sábado y después supongo que iría al Badulake, aunque como diría un amigo, no es del todo mi taza de té, pero te puedes divertir.

¿Hay algún rinconcito poco conocido de Bilbao que nos recomiendes?

Si, el paseo del Muelle de Marzana donde tengo mi estudio, tiene unas vistas muy bonitas de la ría en marea alta y en días soleados, con el puente y la iglesia de San Antón,  y el recién restaurado Mercado de la Ribera.

Aunque el color que tenía antes el Mercado de la Ribera no le beneficiaba nada,  no estoy muy de acuerdo con los colorines que le han puesto y menos con la destrucción del ala más cercana a la iglesia en pro una gran puerta de entrada, que a mi juicio se podría haber resuelto de manera más ingeniosa sin demoler todo el ábside y matarle la simetría que tenia el edificio original…  Aun así reconozco que las nuevas paredes de cristal y la balaustrada Art Decó sobre la ría son todo un acierto. Es una pena que no se explote mejor con terrazas y restaurantes ya que bien gestionadas serían un éxito.

En el mismo paseo del Muelle de Marzana recomiendo también junto al Puente de San Antón, un modesto nuevo restaurante sin pretensiones llamado Zubiburu que ofrece raciones y comida casera. Desde su terraza sobre el muelle, la vista es un espectáculo y sin darte cuenta formas parte del escudo de la ciudad.