Si te dicen que el mejor coctelero del mundo visita nuestro país, rápidamente nuestra mente nos ubica en Madrid o Barcelona. Pero ése es el primer pensamiento y ya sabemos que rara vez lo primero que se nos pasa por la cabeza termina siendo lo correcto…

Tal es así que nos encontramos en Bilbao y más exactamente en “La casa del Bandido.” Un Bar de copas situado en la calle Alameda Urquijo, 84.

Gracias a Diageo Reserve, la mayor distribuidora de licores a nivel mundial, responsable del campeonato más importante de coctelería: la “World Class Competition”; tuvimos ayer la oportunidad de conocer a Erik Lorincz, el mejor coctelero del mundo.

Originario de Eslovaquia; Erik ha estado viviendo en Londres 6 años, los dos últimos trabajando en el bar referente por excelencia para los amantes del cocktail: “The Savoy.”

Su interés por el arte de mezclar sabores y texturas procede de la infancia, y ya a la edad de 16 años tenía una mano especial para  preparar sus propias infusiones y tés; tomando como referencia a su abuela, que era una fantástica herborista.

Y así entre coctkail y cocktail, Erik nos cuenta primero cuál fue el truco para ganar la “World Class Competition” y más tarde una larga lista de anécdotas y experiencias relacionadas con la coctelería.

Al final el juego es el mismo, afirma Erik, “el arte de mezclar”

El truco, afirma, es tratar al jurado como si fueran tus auténticos invitados. A los cuáles quieres agradar y cuidas con  especial cariño porque quieres que vuelvan a tu bar. No se trata sólo de agradarles con el cocktail, sino de agradarles la noche. Esta es la auténtica filosofía del “bartender”.

Erik nos cuenta cómo en una ocasión “Cartier” le propuso elaborar un cocktail para uno de sus perfumes. Así es, Matilda Lorent, perfumista de Cartier, lo llevó a su laboratorio y como el botellero de un bar, le empezó a enseñar fragancias y aromas que le sugiriesen un cocktail específico. Al final el juego es el mismo, afirma Erik, “el arte de mezclar”.

Otra anécdota curiosa es su cameo en la última película de James Bond. Los productores acudieron al Savoy y al verle preparar los cocktails le preguntaron “Oye, porqué no sales de barman en la próxima película de James Bond?” Meses más tarde recibió un e-mail con el contrato.

Desde entonces todo el mundo le pregunta por Craig. “Apenas tuve tiempo de hablar con él , los rodajes eran intensos y duraban casi 14horas.” Nos cuenta Erik.

“Le veía tan concentrado que no quise molestarle. Al final fue él mismo quién se presentó: Hola, soy Daniel Craig.”

Y como guinda a esta “agitada” aventura, Erik nos prepara unos cocktails ejemplo de su escuela: “Retro-chic”. Y nos explica cómo la coctelería y su inspiración sigue los patrones de las vanguardias artísticas; en este caso para traer el pasado al presente añadiendo el ingrediente del futuro. El resultado? Un James Bond que cambia de guión.

(por aquello de su “stir not shake”)

Texto y fotos: Jezabel Sendino